![]() |
La bailarina de Ogai Mori
Atribuyendo a mi orgullo y altivez el hecho de que ni siquiera me dignarse a beber ni a jugar al billar con ellos, unos me ridiculizaban y otros me envidiaban. Pero, en realidad, se comportaban así porque no me conocían en absoluto. ¿Cómo podía conocer otra persona la razón de mi comportamiento cuando ni siquiera yo mismo sabía cuál era? Mi corazón se comportaba como las hojas del árbol de la seda, que se encogen y rehúyen cuando se las toca; tan inseguro de mí mismo como una tímida doncella.
|