Un arte espectral de Norman Mailer
Los personajes de la novelas a veces irradian más energía, por lo tanto, cuando no entramos a su mente. Es una de las técnicas que el novelista aprende por instinto: no te metas en los pensamientos de tu protagonista hasta que tengas que decir algo sobre su vida interna que sea más interesante que las suposiciones del lector. Saltar adentro sólo para ofrecer materiales banales es un error fatal. Es lo peor del bestsellerismo. Los lectores de segunda categoría disfrutan las percepciones de los escritores de segunda categoría.
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