Admiración de Nora Roberts
Spock rodó a un lado soltando gruñidos y gemidos. —Soy un profesional. Me pagan y tal, por eso puedo comprarte comida. Spock mordió el magullado osito que arrastraba a todas partes, rodó otra vez y lo soltó a los pies de Ford. Después se puso a moverse esperanzadamente sin alejarse. —Creía que esto ya había quedado claro. Darle de comer es tu responsabilidad. |