Todos tus besos de Noa Alférez
—Lo que se espera de mí es que sea un mero accesorio de mi futuro esposo. —Thomas parpadeó sorprendido por su franqueza y por el giro que estaba dando la conversación—. Que no haya pasión, ni excesiva emotividad en mi hipotética vida de casada. Que no cuestione, que no desobedezca, que no haga preguntas incómodas. Él no sabía que contestar, realmente odiaba imaginarla en una vida como la que acababa de describir. |