Dime si fue un engaño de Nieves Hidalgo
Chantal acabó por tomar asiento, mirándolo como a un extraño. Ella había amado a otro hombre, a uno bien distinto: justo, valiente, que arriesgaba su vida por sus ideales, jovial y encantador. El que tenía ante ella era un ser comido por el odio y ni lo conocía ni quería conocerlo.
|