La ciudad de los vivos de Nicola Lagioia
Desde la ventana reconoció el Coliseo. Cualquiera que hubiera leído un libro en su vida sabía que esa era la herencia del mundo. Te robaban en el metro. Te insultaban en los semáforos. Te desplumaban en los restaurantes, te tosían en la cara. Pero al final el saldo era positivo. La ciudad te regalaba mucho más de lo que te pedía a cambio.
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