La cabeza del viajero de Nicholas Blake
Ya fuera porque la casa se alzaba delante de él como una mujer hermosa que solicitaba toda su atención, o fuera porque la densidad brumosa y serena del ambiente en el que la represa zumbaba y rugía con más insistencia, él no podía concentrar su mente en los manuscritos del poeta.Todo, esta tarde parecía oprimido por la fatalidad. ¿Qué trataba de decir insistentemente la lejana represa? Un pétalo se desprendió de una de las opacas rosas del frente de la casa y, tembloroso, cayó al suelo; cuando aterrizó, Nigel verdaderamente se sintió aliviado como si hubiese esperado que la tierra se sacudiera por la caída. El repentino arrullo de una paloma en lo alto lo sobresaltó como una sirena.
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