Hija de fuego y arena de Nafiza Azad
La muerte es inevitable, Fátima Ghazala. No puedo prometer que no moriré, habibti. Pero antes de la muerte, está la vida. Sin importar cuán cortas sea nuestras horas o cuán rápido pase el tiempo, hay vida. Y dado que hay vida, habibti, permítenos vivirla. No malgaste ni siquiera un segundo de ella.
|