Mike Wilson, norteamericano de nacimiento y chileno de adopción, célebre por su novela Leñador, en Ciencias ocultas prescinde de los puntos y aparte (solo hay uno) y hace de la descripción un modo de narrar, inevitablemente barroco, una singular deriva prosaica que recuerda a los juegos de Perec. Por ejemplo, le dedica más de una página a una mesa baja de centro, sin aportar ni tensión narrativa, ni línea argumental. Parece una novela para que el autor presuma, no para que seduzca.
|