El maestro y Margarita de Mijail Bulgakov
Ella lloraba y seguía hablando y sus dedos acariciaban las sienes del maestro. - Estos hilos... Delante de mis ojos esta cabeza se está cubriendo de nieve... ¡Mi cabeza, que tanto ha sufrido! ¡Mira que ojos tienes!, ¡llenos de desierto...; y tus hombros, teniendo que soportar ese peso..., te han desfigurado, desfigurado...! -las palabras de Margarita se hacían incoherentes, se estremecía del llanto. |