Vengo de ese miedo de Miguel Ángel Oeste
Yo no te he dicho esto. No te he dicho nada, me decía después de que le preguntara por mi abuelo y me revelara que era bueno, excepto cuando bebía. Entonces sí le ponía la mano encima. Había que comprenderlo, no era él, era el alcohol, él era bueno, pero la bebida lo perdía, justificaba la mujer, y luego añadía que yo era demasiado joven y no lo entendía.
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