Vengo de ese miedo de Miguel Ángel Oeste
Mi madre murió con cincuenta y siete años. Mi padre la mató. Si no ese 16 de julio de 2009 en que se ahogó en su propio vómito de pastillas y alcohol, sí a lo largo de toda su historia en común, en la que, puñetazo a puñetazo y patada a patada, la fue convirtiendo en un despojo, en un saco sobre el que mi padre volcaba toda su violencia, toda su frustración, toda su ira.
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