Ángeles de cartón de Miguel Ángel L. Matamoros
"Es por tanto fácil adivinar que las emociones que voy recogiendo alrededor de mi, son mías y sólo mías. Sin embargo, aunque no ocurriera nada de lo que pienso y todas estas hojas languidecieran en algún rincón gris y húmedo en algún lugar, me da igual, escribir me reconforta y de alguna manera me evade del mundo que chilla ahí fuera. Es un limbo espiritual que cierro para mí en el que me acompaña mi ferviente compañero Bic quien hace visible mi pensamiento. Nadie más puede entrar si yo no quiero".
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