Tres sombreros de copa de Miguel Mihura
DIONISIO.—¡Desde mañana ya todos serán veranos para mí!…. ¿Qué es eso? ¿Llora usted? ¡Vamos, don Rosario!… DON ROSARIO.—Pensar que sus padres, que en paz descansen, no pueden acompañarle en una noche como ésta… ¡Ellos serían felices!… |