Pechos y huevos de Mieko Kawakami
Por más tiempo que pasaba, no descubría en el sexo ni placer, ni sosiego ni plenitud y, cuando Naruse cubría mi cuerpo son el suyo, yo siempre, sin excepción, me sentía sola.
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Pechos y huevos de Mieko Kawakami
Por más tiempo que pasaba, no descubría en el sexo ni placer, ni sosiego ni plenitud y, cuando Naruse cubría mi cuerpo son el suyo, yo siempre, sin excepción, me sentía sola.
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