La conspiración de Melengar de Michael Sullivan
Nada más entrar, Myron se quedó boquiabierto, mirando el entorno. —He leído cosas sobre las posadas —dijo—. En Cuentos de peregrino, un grupo de nómadas pasaron una noche en una posada en la que decidieron contar historias de sus viajes. Apostaron a ver cuál era la mejor de todas. Era uno de mis favoritos, aunque al abad no le gustaba mucho que lo leyera. Era un poco picante. En aquellas páginas había varias explicaciones sobre las mujeres, y tampoco estaban hechas de una manera muy cortés. —Estudió el gentío con emoción—. ¿Hay mujeres aquí? —No —replicó Hadrian con tristeza. —Ah. Esperaba ver una. ¿Las mantienen encerradas como a los tesoros? |