Mujer equivocada de Mercedes Rosende
Yo no tengo conciencia, buena ni mala, no tengo cuentas que saldar con los muertos, no les debo nada que no les haya pagado, y lo que ellos me debían ya se lo hice pagar también. Estamos a mano, queridos muertos, púdranse en el infierno y por toda la eternidad
|