Un beso de fuego de Masako Togawa
Pero algún día todas esas personas cuyos seres queridos y recuerdos él ha transformado en cenizas lo capturarán. No le perdonarán esos éxtasis espasmódicos, y él lo sabe. No disfrutará por mucho más tiempo del abrazo de las llamas, los dulces besos de fuego. Alguien le sigue el rastro.
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