Ligeramente inmoral de Mary Balogh
Estaba enamorada, pero jamás sería un sentimiento posesivo, no podría serlo. Era algo efímero, temporal, y no pensaba hacer nada por cambiar las cosas. No se arriesgaría a que se le partiera el corazón cuando él se marchara. Se limitaría a recordarlo. Porque contaba con el más maravilloso y perfecto de los recuerdos, uno que atesoraría para rememorarlo a lo largo de ese futuro que tendría que vivir sin él.
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