La flecha del tiempo de Martin Amis
Pero una vez que la vida ha echado a rodar, no puedes ponerle fin. No tienes la libertad de hacerlo. Hay que aguantar hasta el final. La vida se acabará. Sé exactamente cuánta me queda. Es como si fuera a durar eternamente. Me siento único, eterno. La inmortalidad que me consume es sólo mía.
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