Cinder: Las crónicas lunares, 1 de Marissa Meyer
—Me gusta su tacto. —El doctor Erland arrastró hacia abajo el holograma y la pantalla mostró el interior de la cabeza de Cinder—. Hablando de operaciones de vista, ¿sabe que carece de conductos lagrimales? —¿Qué? ¿De verdad? Y yo que creía que solo era un poco retraída emocionalmente. — |