Cinder: Las crónicas lunares, 1 de Marissa Meyer
Cinder tragó saliva y se acercó a ella con pasos vacilantes, conteniendo la respiración. Volvió a alargar la mano hacia la clavícula de Peony y tiró de la tela hacia abajo para ver mejor el puntito a la luz de la luna. Una mancha roja, ribeteada de morado. Le temblaron los dedos. Soltó la camiseta y sus miradas se encontraron. Peony empezó a gritar. |