La casa de los niños de Mario Escobar
Mi mente regresó a los recuerdo del barrio judío. Todo ese sufrimiento demostraba que el mundo está gobernado por un espíritu erróneo, por eso no importaba lo que hiciéramos como individuos hasta que cambiáramos aquel paradigma. Inspirar a los demás con el amor que somos capaces de transmitir, intentar contrarrestar el odio y el miedo, por medio del pensamiento y la esperanza.
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