La casa de los niños de Mario Escobar
Todo tiene un precio, hasta un hermoso paisaje en un recóndito lugar espera con avidez un corazón que lo contemple emocionado. La belleza espera en vela a que el caminante se acerque y la contemple para ser admirada una vez más. No quiere oro ni plata, lo único que pretende es nuestro estremecimiento y nuestra emoción.
|