El reino del revés de Marie Lu
Se me encogió el corazón de miedo y confusión. Componer era cosa de hombres. Todo el mundo lo sabía.(…) Era el mundo que Woferl ya estaba descubriendo. Yo nunca había cuestionado esa regla antes de oír el reino en mis sueños o la voz perfecta del príncipe. No me correspondía componer, y mi padre nunca había sugerido lo contrario. |