La Nación de las Bestias: El Señor del Sabbath de Mariana Palova
Toda la vida he tenido la apariencia de una chica; eso ha provocado prejuicios, repugnancia y rechazo en una gran cantidad de personas, cosa que ha acrecentado en gran medida mi soledad, pero jamás me avergonzaré de que me comparen con una mujer, puesto que no hay nada denigrante en ello. Esto también me ha enseñado a no avergonzarme de mis emociones; a admitir que sentir miedo, dolor o anhelo por dar y recibir afecto no me hace más débil, y que no necesito encajar en ningún modelo de hombría para ser, precisamente, un hombre. |