La nación de las bestias. Leyenda de fuego y plomo de Mariana Palova
Pero hay seres que no estamos destinados a olvidar. Criaturas cuya humanidad no ha podido corrompernos y que, sin saberlo, llevamos la semilla de las bestias palpitando debajo de nuestra piel, a la espera del momento adecuado para resucitar tal como somos |