La biblioteca de fuego de María Zaragoza
Lo pero de ser médium son los olores. Los que de verdad somos sensibles, olemos. Ya me gustaría a mí no oler - profería -, pero a ver cómo se tapan las narices místicas.
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La biblioteca de fuego de María Zaragoza
Lo pero de ser médium son los olores. Los que de verdad somos sensibles, olemos. Ya me gustaría a mí no oler - profería -, pero a ver cómo se tapan las narices místicas.
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