Anat de María Ponce
Sin duda, ninguna dama en su sano juicio posaría sus ojos en él. Para mi desgracia, yo no era una dama y ya lo había hecho.
|
Anat de María Ponce
Sin duda, ninguna dama en su sano juicio posaría sus ojos en él. Para mi desgracia, yo no era una dama y ya lo había hecho.
|