Malas mujeres de María Hesse
Ahora sabemos que no hay que tener miedo a salirse de esas líneas caprichosas que otros marcaron, y que las que abrieron esas grietas buscando otros horizontes no estaban locas, ni eran perversas, ni malos ejemplos para otras. Si acaso, fueron mujeres valientes, fuertes, atrevidas, decididas. Rompedoras. Y si las llaman malas mujeres, que se lo llamen; las paredes han caído y nosotras ya no estaremos ahí para oírlo. Bienvenidas al aquelarre. |