Opus nigrum de Marguerite Yourcenar
—”Hermano Zenón —dijo el capitán—, os encuentro flaco, extenuado, de mal humor y ataviado con un blusón que ni mi criado lo querría ponerse. ¿Vale la pena afanarse durante veinte años para llegar a la duda, que crece por sí misma en todas las cabezas inteligente? —Sin discusión —contestó Zenón—. Vuestras dudas y vuestra fe son como pompas de jabón en la superficie, pero la verdad que se deposita en nosotros como la sal en la retorta, cuando hacemos una destilación arriesgada, se halla de este lado de la explicación y de la forma, demasiado caliente o demasiado fría para la boca humana, demasiado sutil para la letra escrita y más valiosa que ella. |