Memorias de Adriano de Marguerite Yourcenar
No perder nunca de vista el diagrama de una vida humana, que no se compone de una horizontal y de dos perpendiculares, sino más bien de tres líneas sinuosas, perdidas hacia el infinito, constantemente próximas y divergentes: lo que un hombre ha creído ser, lo que ha querido ser, y lo que fue.
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