EMBRUJO DE ESPINAS de Margaret Rogerson
Cada uno de aquellos libros poseía un alma. Muchos tenían siglos de antigüedad y eran irreemplazables. Y algunos acababan de saborear la libertad por primera vez desde su creación; solo unos minutos de libertad tras una vida entera de encierro. Aun así, cantaban mientras daban la vida.
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