Alias Grace de Margaret Atwood
Aquella noche yo dormí con Nancy; antes de retirarnos, McDermott me dijo que había decidido matar a Nancy con un hacha cuando estuviera acostada. Le supliqué que no lo hiciera aquella noche, porque podría matarme a mí en su lugar. Maldita sea -exclamó él- pues entonces la mataré mañana muy temprano. El sábado me levanté con el alba y, cuando entré en la cocina, McDermott estaba limpiando los zapatos y el fuego ya estaba encendido. Me preguntó dónde estaba Nancy, le contesté que vistiéndose. ¿La vas a matar esta mañana?, le pregunté. Me contestó que sí. Por el amor de Dios, McDermott, le dije, no la mates en la habitación, pondrás el suelo perdido de sangre. Bueno, contestó, pues no la mataré allí, pero le daré con el hacha en cuanto salga.
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