A la sombra de las muchachas en flor de Marcel Proust
Ahora, ¿quién hubiese podido reconocer en ellas, apenas salidas, pero ya salidas, de una edad en que se cambia tan radicalmente, aquella masa amorfa y deliciosa, toda infantil aún, de niñitas a las que sólo unos años antes podía verse sentadas en corro sobre la arena, alrededor de una caseta
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