Cartas desde el desierto de Manuel Carbajo Bueno
Le digo que la gente aquí es así, no dejan de ser delincuentes que están acostumbrados a ejercer de abusones porque en su casa son las víctimas. No los justifico, pero sé que, en el fondo, nadie nace siendo un monstruo. Una bestia se hace. Y somos muchos los que pagamos nuestra frustración con el resto del mundo porque no somos capaces de hacer frente a la mierda interna que tenemos.
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