Leer mata de Luna Miguel
mamá nunca llegó a leerlo. Habría doblado alguna esquina. Habría escrito alguna nota al margen. Habría dejado algún pétalo de buganvilla secando entre las páginas,como siempre hacía con lecturas que le gustaban. Nada. Cuántos libros intactos dejamos al marcharnos, piensa ella. Cuántas ideas a medias.
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