La carta olvidada de Lucinda Riley
-Primera regla hasta que sepamos a que te estás enfrentando: vigila lo que dices en casa. He vivido situaciones como esta cuando informaba para el IRA. Es muy difícil encontrar un micrófono pero yo en tu lugar echaría un buen vistazo en tu piso. En el peor de los caos, los pusieron cuando te lo desmantelaron, puede que incluso dentro de las paredes.
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