Los días que cosemos juntas de Lucía Chacón
La felicidad es escurridiza y hoy la encuentro sobre una piel con sabor a sal y un cabello despeinado por el viento. También estaba entre telas y alfileres, entre conversaciones banales o secretos en voz baja; podía hallarla en cualquier lugar porque, si algo había aprendido, era que residía en mí. Podía llevarla conmigo, se multiplicaba cuando la compartía y se contagiaba entre los que quería. Somos felices con poco, pero este poco es mucho, es todo.
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