Mujercitas de Louisa May Alcott
Muchos libros maravillosos cautivaron mi imaginación, pero algo extraordinario ocurrió con Mujercitas. Me reconocí como en un espejo en aquella chica largirucha y testaruda, que corría, se desgarraba las faldas trepando a los árboles, tenía un habla común y corriente, y criticaba las pretensiones sociales
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