Perdición texana de Lorraine Cocó
Hacía una tarde espléndida, la temperatura era elevada, pero corría una agradable brisa que refrescaba el ambiente. Los niños estaban alborotados viendo las tartas expuestas en una enorme mesa. Todos podían ir a verlas y meter su votación en el cubo de madera que habían designado para tal efecto. Al final de la tarde se nombraría al ganador, y se comerían las tartas con batidos y refrescos.
|