La tristeza tiene el sueño ligero de Lorenzo Marone
Es verdad, el pasado no se puede arreglar a nuestro antojo. Pero, al menos, podemos aprender de nuestros errores para no repetirlos; para no involucrar cada dos por tres al destino que, en realidad, va siempre un paso detrás de nosotros y se alimenta de las equivocaciones que dejamos por el camino. |