La hija del Rey del País de los Elfos de Lord Dunsany
Entre el espíritu de Alveric y el de Lirazel mediaba toda la distancia que hay entre la Tierra y el País de los Elfos; sobre esa distancia tendía un puente el amor que puede cubrir distancias más grandes todavía; no obstante cuando por un momento se detenía en el puente dorado y permitía que sus pensamientos contemplaran el abismo por debajo, toda su mente era ganada por el vértigo y Alveric temblaba. ¿Cuál será el fin?, se preguntaba. Y temía que fuera más extraño todavía que el principio.
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