Querido monstruo de Lluís Prats
Pero mi madre se equivocaba. Todo el mundo sabe que en las casas viejas y ruinosas viven monstruos o vampiros, o fantasmas, o las tres cosas juntas. Y al final de mi calle, en aquel caserón de ventanas agrietadas, vivía un monstruo orroroso, y lo peor de todo era que había descubierto que le espiaba.
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