UN EXTRAÑO EN MIS BRAZOS de Lisa Kleypas
Lara dejó de respirar. Deseaba echar a correr, gritar, desmayarse, pero parecía que se hubiera convertido en piedra. Él estaba detrás suyo y su cabeza y sus hombros sobrepasaban en mucho su altura. Sus miradas se encontraron en el espejo. Los ojos eran del mismo color, pero sin embargo… nunca la había mirado así, con aquella intensidad, abrasando cada centímetro de su piel. Era la mirada ávida del ave de presa.
|