Alicia en el país de las maravillas de Lewis Carroll
Mientras decía estas palabras, miró hacia arriba y allí estaba el Gato una vez más, sentado en la rama de un árbol. - ¿Dijiste cerdito o cardito? -preguntó el Gato. - Dije cerdito -contestó Alicia -. ¡Y a ver si dejas de andar apareciendo y desapareciendo tan de golpe! ¡Me da mareo! - De acuerdo -dijo el Gato. Y esta ves desapareció despacito, con mucha suavidad, empezando por punta de la cola y terminando por la sonrisa, que permaneció un rato allí, cuando el resto del Gato ya había desaparecido. |