La llamada: Un retrato de Leila Guerriero
Un día, cuando yo estaba en Madrid, me envió un mensaje preguntándome, con todo cuidado, si podía llevarle un frasquito de chicles Orbit de menta. Le dije que por supuesto, y al instante sentí que esos chicles eran la representación más clara de lo que significa migrar: es la clase de cosa totalmente banal pero irremplazable —son esos, no otros; es ese sabor, no otro; es esa marca, no otra— que le da sentido y significado a la palabra ‘casa’. ¿Dónde queda mi casa? En un frasquito de chicles Orbit de menta.
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