Seis de cuervos de Leigh Bardugo
Tuvo que reírse de sí misma: no le desearía amor a nadie. Era un invitado al que recibías y de que después no podías librarte.
|
Seis de cuervos de Leigh Bardugo
Tuvo que reírse de sí misma: no le desearía amor a nadie. Era un invitado al que recibías y de que después no podías librarte.
|