La varita negra. Las crónicas de la bruja negra III de Laurie Forest
Me sonrojo indignada mientras intento no despegar los ojos de la mesa. No tengo ningunas ganas de ver cómo se regodean mientras disfrutan de su conocimiento privado de eso a lo que están aludiendo, detalles de los que he sido excluida solo por que soy mujer. Y de pronto me doy cuenta de que no está bien que ellos sepan tanto y yo sepa tan poco.
|