Lauren Oliver
La Bahía está preciosa y el sol parpadea como un ojo en lo alto. Casi se me ha olvidado que Álex está aquí. Se ha quedado rezagado justo detrás de nosotras; desde que hemos llegado a la cima no ha dicho ni una palabra. Por eso casi salgo volando del susto cuando se inclina hacia delante y me susurra una sola palabra al oído: Gris.
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